viernes, agosto 25, 2006

Avivamiento, 2ª Parte: "El Hallazgo"

“Al sacar el dinero recaudado en el templo del Señor, el sacerdote Jilquías encontró el libro de la ley del Señor, dada por medio de Moisés.
Jilquías le dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor.» Entonces se lo entregó, y Safán se lo llevó al rey. Le dijo:
Majestad, sus servidores están haciendo todo cuanto se les ha encargado.
Han recogido el dinero que estaba en el templo del Señor, y se lo han entregado a los supervisores y a los trabajadores.
En sus funciones de cronista, Safán también informó al rey que el sumo sacerdote Jilquías le había entregado un libro, el cual leyó en presencia del rey.
Cuando el rey oyó las palabras de la ley, se rasgó las vestiduras en señal de duelo y dio esta orden a Jilquías, a Ajicán hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, al cronista Safán y a Asaías, su ministro personal:
Con respecto a lo que dice este libro que se ha encontrado, vayan a consultar al Señor por mí y por el remanente de Israel y de Judá. Sin duda que la gran ira del Señor se ha derramado contra nosotros porque nuestros antepasados no tuvieron en cuenta su palabra, ni actuaron según lo que está escrito en este libro.
Jilquías y los demás comisionados del rey fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salún, el encargado del vestuario, quien era hijo de Ticvá y nieto de Jarjás.
Huldá les contestó: «Así dice el Señor, Dios de Israel: Díganle al que los ha enviado que yo, el Señor, les advierto: ‘Voy a enviar una desgracia sobre este lugar y sus habitantes, y haré que se cumplan todas las maldiciones que están escritas en el libro que se ha leído ante el rey de Judá.
Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses, y con todos sus ídolos han provocado mi furor. Por eso arde mi ira contra este lugar, y no se apagará. Pero al rey de Judá, que los envió para consultarme, díganle que yo, el Señor, Dios de Israel, digo en cuanto a las palabras que él ha oído:
‘Como te has conmovido y humillado ante mí al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, y te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, el Señor, lo afirmo.
Por lo tanto, te reuniré con tus antepasados, y serás sepultado en paz. Tus ojos no verán la desgracia que voy a enviar sobre este lugar y sobre sus habitantes. »
Así que ellos regresaron para informar al rey.”


El hacer lo correcto, mas tarde que temprano trae consecuencias, pero estas son de tal impacto, que desencadenará una bendición tras otra.
Mientras se hacían las excavaciones y reparaciones del templo, se produjo un verdadero hallazgo arqueológico, se encontró el libro de la ley.
Josías al escuchar la voz de Dios no pudo mas que romperse en mil pedazos, por que todo lo que había buscado en su vida le estaba hablando, y le confirmaba que lo que había hecho su pueblo era todo lo contrario que enseñaba la ley. Al conocer la ley (además de la confirmación de la profetiza) esta los mato. Pero Dios vio el corazón de Josías y el fruto de este, quien se enluto, se conmovió, se humillo y lloro ante Él. Además actuó de inmediato, no podía quedarse sin hacer nada ante la eventual tragedia que venia.
Así mismo como sucedió en Pascua la muerte paso de largo esta generación de Judá y Jerusalén.
Sin duda que Dios nos dará un avivamiento si es que nos Conmovemos y Humillamos al contrastar la Verdad de Dios con nuestras vidas.

lunes, agosto 21, 2006

Avivamiento, 1ª Parte: "El Ejemplo"

"Josías tenía ocho años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén treinta y un años.
Josías hizo lo que agrada al Señor, pues siguió el buen ejemplo de su antepasado David; no se desvió de él en el más mínimo detalle.
En el año octavo de su reinado, siendo aún muy joven, Josías comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. En el año duodécimo empezó a purificar a Judá y a Jerusalén, quitando los santuarios paganos, las imágenes de la diosa Aserá, y los ídolos y las imágenes de metal fundido.
En el año dieciocho de su reinado, después de haber purificado el país y el templo, Josías envió a Safán hijo de Asalías y a Maseías, gobernador de la ciudad, junto con el secretario Joa hijo de Joacaz, a que repararan el templo del Señor su Dios.
Éstos se presentaron ante el sumo sacerdote Jilquías y le entregaron el dinero que había sido recaudado en el templo del Señor, y que los levitas porteros habían recibido de los habitantes de Manasés y Efraín, y de todo el resto de Israel, Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén.
Luego entregaron el dinero a los que supervisaban la restauración del templo, y éstos se lo dieron a los trabajadores que estaban reparando y restaurando el templo del Señor.
También les dieron dinero a los carpinteros y albañiles, a fin de que compraran piedras de cantera y madera para las vigas de los edificios que los reyes de Judá habían dejado deteriorar.
Estos hombres realizaban su trabajo con honradez. Los que estaban al frente de ellos eran los levitas Yajat y Abdías, descendientes de Merari, y Zacarías y Mesulán, descendientes de Coat. Los levitas, que eran hábiles en tocar instrumentos de música, eran los jefes de los cargadores y de todos los que trabajaban en la obra, fuera cual fuera su tarea. Entre los levitas había cronistas, oficiales y porteros."


Sin duda que la vida de David fue tan impactante que marco a generaciones, lo que destaca que la eficacia de la Palabra de Dios se efectúa cuando se hace viva en el hombre, esta predica a gritos en la vida de Josías, y pudo escuchar la voz de Dios a pesar que en ese entonces nadie conocía la Palabra de Dios, porque esta se había perdido.
Josías a pesar de ser uno de los reyes más jóvenes que tubo Israel, a los 16 años tomo una decisión con tal convicción que transformo toda su vida, y no solo eso, sino que transformo todo una generación y una nación.
Después de purificar todo empezó la reconstrucción del Templo de Salomon, lo que marca la primera etapa de su reinado, etapa que nos enseña el primer paso para un verdadero avivamiento.
En conclusión:
  • Vivir como un hombre con corazón conforme al corazón de Dios.
  • Tomar decisiones con Convicción.
  • Ser hombre de acciones.
  • Purificar nuestro ser y nuestra adoración (el templo del Espíritu Santo)

miércoles, agosto 09, 2006

Cansado de la Turbiedad


"Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él:

--Si ustedes obedecen mis enseñanzas, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres."



Si no aguantas mas la hipocresía religiosa, si estas aburrido de la falta de transparencia, si estas cansado de los ‘arreglines’ de los grupos de “elite”, de errores corporacionales que se ocultan y ‘verdades’ de “suciedades que se meten bajo la alfombra”. Jesús nuevamente nos da esperanza y animo para seguir trabajando a Su servicio sin preocupación de esta lacra, de este “ambiente turbio y contaminado”. Nos habla a nosotros, los que hemos creído en Él, los que si hacemos lo que Él nos enseña, seremos sus verdaderos discípulos (entonces está claro que hay discípulos que no lo son verdaderamente); y lo mejor es que conoceremos la verdad (lo conoceremos mas a Él), o sea, se develará ante nosotros toda mentira, porque la verdad saldrá a la luz y esta luz revelará lo que hay oculto en los corazones turbios; y aun mejor todavía, la verdad nos hará libres, tendremos paz, no nos agobiará lo malo y tendremos una relación fluida y sin ninguna perturbación con quien nos dio la libertad y victoria, Jesús.